sábado, 30 de marzo de 2013

Embarazo y Cáncer


Hace apenas unos años la palabra cáncer era difícilmente aplicable al momento del embarazo, pero la sociedad occidental en general, y la española en particular,  ha cambiado en muchos de sus hábitos y costumbres (la incorporación plena de la mujer al trabajo, a los estudios superiores, su emancipación del varón, el aumento del individualismo, el tabaquismo femenino, la emancipación tardía de los padres, etc) y eso conlleva a la realidad actual del aumento de la edad del primer embarazo (y por tanto tener menos hijos y a edades más avanzadas).

 En España en los primeros años 80 la edad del primer hijo estaba en los 28,2 años, mientras que en los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) en el año 2011 se sitúa  en los 31,4 años.

 Este hecho trae aparejado la aparición de enfermedades y patologías durante el embarazo que antes eran escasas o testimoniales (la diabetes gestacional, la hipertensión, el aumento de partos prematuros e inmaduros y por supuesto el cáncer).

  Las mujeres embarazadas afectadas por cáncer representarán el 0,8% de los cánceres que afectan al sexo femenino. Se dan cifras de una mujer embarazada y con cáncer (de cualquier órgano) por cada 1.000 embarazos. En condiciones similares pareciera que el embarazo no afectara el pronóstico del cáncer, al comparar con el cáncer de la población no gestante.

 Durante el embarazo pueden aparecer cualquier tipo de tumores, es por eso importante incidir en la necesidad por parte del médico que realizar una exploración clínica  a  la embarazada, incluyendo un examen de sus mamas.

 Se define como cáncer y embarazo a todo aquel cáncer diagnosticado en cualquier momento del embarazo y hasta los 12 meses después del parto, esté o no lactando.

 Los cánceres más frecuentes diagnosticados durante el embarazo son: el de mama, los ginecológicos (cuello uterino, ovario), los linfomas, las leucemias y el melanoma.

 El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer y por tanto también lo es cuando está embarazada, lactando o en el primer año de vida de su hijo. En España esta frecuencia es de 1 cada 1000 embarazos. La incidencia del cáncer de cuello uterino es variable por distintos autores y series y las cifras varían desde 1 hasta 13 por cada 10.000 partos. El cáncer de ovario se diagnostica durante el embarazo en 5 de cada 10.000 partos.

 En el apartado de cánceres no ginecológicos el melanoma se presenta entre 0,14 y 2,8 por 1000 partos y representan el 8% del total de cánceres durante el embarazo. En relación a otros cánceres como el de pulmón se sabe que cada vez son más frecuentes en las mujeres debido al aumento del consumo de tabaco, lamentablemente las encuestas indican que más de un 15% de las embarazadas continúan fumando durante su embarazo con lo que, además del riesgo sobre el feto, aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Los linfomas no Hodgkinianos ( el linfoma linfoblástico , el linfoma de Burkitt, el linfoma de células grandes y el linfoma inmunoblástico) , la enfermedad de Hodgkin y las leucemias (principalmente la leucemia mieloide crónica ) pueden aparecer durante la gestación ( en una frecuencia de 1 en 100.000 embarazos para las leucemias y de 1  cada 1000- 6000 partos para los linfomas).

 Se sabe que el embarazo NO tiene un efecto adverso sobre el cáncer. Hoy en día no se plantea la opción del aborto como parte del tratamiento del cáncer, es más la mayoría de los tratamientos quimioterápicos e inician a partir de la decimosegunda semana de gestación cuando se considera que ya se ha completado la organogésis y por tanto ya no son peligrosos para el feto. En algunos cánceres  como el de ovario, se realiza la cirugía del mismo entre las semanas 16 y 18, en los cánceres diagnosticados en el segundo o tercer trimestre de la gestación normalmente se madura el pulmón del bebe y en cuanto se pueda se realiza una cesárea para tratar posteriormente el cáncer.

 La quimioterapia puede administrase durante el embarazo, tan solo la que se da en el primer trimestre de la gestación puede producir malformaciones fetales alrededor del 10% de los casos, asi como partos prematuros, retardos de crecimiento intrauterino, algunos cánceres como el melanoma pueden metastatizar en la placenta o en el feto.

 Está demostrado que la interrupción del embarazo no mejora el pronóstico del cáncer ni facilita su tratamiento, el aborto no es una indicación terapéutica en la paciente gestante con cáncer.

 El aumento de la edad a la hora de concebir de nuestras pacientes nos obliga, entre otras cosas, a realizar un examen de mamas, una citología (si no la tiene hecha en 1 ó 2 años) y a estar atentos a cualquier cambio en la coloración o tamaño de una lesión dérmico o ante la presencia de cualquier síntoma anómalo (cambios tiroideos, disnea, fatiga, etc).

 Debemos ser conscientes de que puede no ser una situación excepcional en nuestras consultas la presencia de una neoplasia durante el seguimiento y control de una paciente embarazada.

Artículo escrito para la revista Nexo de la Asociación Española contra el Cáncer de Zaragoza , marzo 2013

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