jueves, 8 de diciembre de 2011

ADVIENTO, espera

El embarazo es un tiempo de ADVIENTO, de preparación para recibir una nueva vida. Estamos ahora los católicos en el tiempo de Adviento ( en la preparación para el nacimiento de Dios hecho hombre, Jesús).
La espera ( que muchas veces nuestra ansiedad moderna hace casi eterna) es un momento para madurar y crecer y el embarazo es un magnífico ejemplo para entenderlo.
Durante el embarazo nuestra conducta puede ayudar ( y mucho) a que todo salga como queremos, o sea: BIEN.
Los primeros meses son cruciales para el desarrollo del feto, una correcta alimentación, una vida sana ( sin tabaco, sin alcohol, sin drogas, con deporte y una cierta dosis de relajación) ayudan a llegar a buen puerto.
Hay factores que no podremos controlar ( por ejemplo los genéticos) pero otros (la mayoría) dependen pura y exclusivamente de nosotros.
Un embarazo deseado y buscado, es un magnífico principio.
Por supuesto eso no impide que queramos igual ( a veces incluso más) a un embarazo tipo "paracaidista" o sea que literalmente "nos ha caído del cielo" quizá no en el momento más oportuno. Pero... ¿cuándo es un momrento oportuno? nunca se sabe.
Lo importante es que volquemos todo nuestro interés y atención en ese nuevo ser que acaba de aparecer YA en nuestras vidas y al que tenemos que ayudar a crecer y madurar.
¡Menuda vara para ser el primer día!
Un abrazo

1 comentario:

  1. Lo de los métodos de control de natalidad nos ha despistado y nos ha sobre-responsabilizado.
    Nos ha despistado porque nos creemos que elegimos el momento y no es verdad. Hoy habrá muchas madres que lo serán en breve y no lo esperaban hasta dentro de mucho tiempo y hoy habrá otras mujeres que hace años decidieron que iban a ser madres y aún no han concebido. Parece mentira que tengamos que recordarnos que no somos Dios.
    Y nos ha sobre-responsabilizado porque antes “venían cuando venían” y bastante hacía la madre con resistir el envite. Ahora, como lo has elegido… el momento y la situación para concebir tiene que ser pluscuamperfectos. No solo el momento, si me apuras también el niño, su infancia, su sillita, su habitación, su rendimiento, su ballet, su inglés, su ortodoncia… Que presión! Ante ese nivel de exigencia pocas se animan sólo porque se lo diga el corazón.
    No me entendáis mal, claro que soy partidaria de "organizarse" en el dormitorio; pero como una propuesta, no para ahogar aquello con lo que la vida trate de sorprendernos. ¿Que viene el bebe y estoy a mitad de sacar adelante un negocio o viajando a todas horas o incluso en medio de un desencuentro con mi pareja? No pasa nada. Piensa de qué modo tu nuevo estado puede ayudarte. Igual te hace ser más efectiva en tu negocio o te empuja a luchar con más ganas, igual te hace plantear a tu empresa otra forma de viajar, igual te da fuerzas para sentarte con un café junto a tu pareja a ver como podéis ser más felices… Una mujer puede mucho, pero una madre todo. Somos leonas.
    Vendrán cuando tengan que venir, proponemos pero no disponemos. Parimos pero no decidimos. Desprogramémonos. No podemos controlar el año, el mes, el día, el nombre, el hospital, la matrona, el ginecólogo, lo que no va a regalar la suegra, el color del primer jersey, el número de peladillas del detalle del bautizo.... No podemos, ni es necesario. Nuestro hijo necesita menos programa y más amor. Más locura de amor que nos lleve al convencimiento de que puedo tirar para adelante aunque “no era el momento”. Porque sí lo era, lo que pasa es que todavía no lo sabía.
    Muchas veces el mejor momento es AHORA. Creo que no nos debe dar miedo. Una madre sabrá hacer lo que necesita para su hijo. Y si no lo sabe de primeras, sabrá a quien pedir ayuda; al padre, a una amiga, a un gine, a otra madre... y siempre encontrará al menos una persona que le haga ver lo bonito que es complicarse la vida por una locura de amor. No somos Dios, pero El nos delega una parte de su trabajo, así que a trabajar. Animo!!
    Lotita

    ResponderEliminar